PISTILO 2 Diciembre 2004


FERRARI / LORES / JANZA / LEBEDINSKY / LINDO


Paola Ferrari

2473
Me dejé tocar
por tus extrañas
caricias;
confesando que
no conozco
tus manos;
confesando que
yo no tengo
cuerpo


Sebastián Lores

Senté a la belleza sobre mis rodillas
y se me armó la carpa.
Frente al espejo sentí
un déjà vu de mi vida entera.
Y la belleza hincó mi cachete
con su uña pintada de rojo
y metió su mano dentro de mi pantalón.

Me dijo que dejáramos los sitios
en donde la gente habla de cosas como
sexo hardcore young and old
y la seguí en la noche
de carros que amenazan.

Me dijo que haría un desayuno para mí
pero yo no creo que me lo haya hecho.
En todo caso esas no son
las cosas importantes de la vida.

No qué llevas en el bolsillo.
No con quién sales del bar.
Ni siquiera el buda estigmatizado.

Leíste en el 68 sobre un muro:
en las cavernas del orden
nuestras manos fabrican bombas

Hoy mis manos cuelgan de mi ventana
los lunes, martes, miércoles, jueves
viernes, sábados y domingos.


Virginia Janza

Esclavada
El morado me envuleve
flotan grises en el aire
tengo arugas en la cintura
de tus manos
de tu voz cascada y esmeralda.
Mis zapatos andan solos
por las calles nuestras
reconociendo tramos
que ya no nos pertenenecen
pero aún conservo tu amuleto
una tobillera de esclava
protegiendo mis pisadas
por si volvieras.
Tus regalitos de oro
grilletes en mi cuello
me asfixian el aire
camino, huelo, busco
obsesionada
por ser toda boca
derrito la lengua
y me borro los ojos
esperando esclavada


Diego Lebedinsky

Juguito de fish
Se cae
y en las manos lleva la última foto
reconoce haber astillado
los hombros de la muñeca
pero su mente
está allí entre las cenizas
y dice que piensa y extraña
el juguito de fish
llenando de aire el espacio

en los cajones se recluye
y se recuerda sombreado
desnudo es pose Tom Waits

vistió su casa de rojo
una noche
desparramó petalitos
para deslumbrarla
mientras un beso le desató
con violento lenguar agitado
todos los nudos de la garaganta.


Luisa Fernanda Lindo

Desencuentro
Demoramos el encuentro
veinticuatro noches inventándote
recreando la escena
de la niña que espera
a que alguien toque a su puerta
con un zapato en la mano.

Una alegría absurda
motivó un llamado
y me arrastré hacia calles difusas
para adentrarme en una galería
con olor a mar bravo.

y me basta cerrar los ojos
para deshacerlo todo

Un rostro por cada noche,
una decepción en cada intento.

Vuelta a la acera, vuelta a la escena:
cruzar la calle, doblar la esquina.

Alguien me nombra, yo me niego

Inevitable desencuentro
al superponer mi invento.